lunes, 26 de diciembre de 2011

Del espontón a la pica


A pesar de que se repite por activa y por pasiva, acá y allá, que los orígenes de la pica se encuentran en la sarissa griega. Esto está lejos de ser cierto. Las primeras picas comenzaron a desarrollarse en el siglo XIV y provenían de otra arma que llevaba algo más de medio siglo en uso: el espontón. El italiano brandistoco (lit. hoja de estoque) fue inicialmente un tipo de espontón, más tarde la guarda se fue simplificando y en los diccionarios renacentistas es definido como arma similar a la pica. Abajo espontones.


La palabra "pica" hace mención a su punta extremadamente aguda, en realidad eran punzones unidos a un astil y adaptados para perforar las armaduras de platas del momento. A diferencia de los espontones, la pica tenía un diseño más simple en su guarda, la cual servía tan solo para evitar la penetración del punzón y proteger la mano en caso de combate cerrado. Las primeras picas eran de reducido tamaño y se diferenciaban poco de los espontones en longitud. Las pica pequeña se llamó en España "media pica", pues tenían aproximadamente la mitad de tamaño que las picas mayores. Abajo piqueros de los Tercios españoles.



Desde el s.XIII en adelante las astas de los peones fueron aumentando su longitud para imponerse en su guerra personal ante la caballería. Si con anterioridad un peón era casi carne de cañón en frente de una carga de caballería bien organizada, desde entonces el peón equipado con lanzas largas resultó ser algo más que una molesta piedra en el zapato en las batallas. Dependiendo de la fila que ocupaba el piquero, el arma se agarrraba por distintos lugares del asta y a diferente altura.



Debieron existir multitud de variantes en Europa de las primeras picas, todas procedentes de diferentes versiones de espontones que fueron acortando paulatinamente la guarda. Los combatientes comprobaron que una guarda simple aligeraba el peso del arma y su aparatosidad, con lo que cumplía con creces su función de picar velozmente. En Italia, desde el s.XIV aparece una pica llamada candeliere que incluía un pincho para sujetar la guarda al astil. Abajo vemos unas primitivas picas en el asedio de Calais (mediados s.XIV).



Una de las más populares entre los ss. XV-XVI fue el ahlspiess (también llamado "awl pike"). Fue común en el centro de Europa (incialmente en Alemania y Austria). Consistía en un pico metálico de un metro o más unido a un asta ligeramente reforzada con metal de 1,6-1,8 metros lo que daba al arma una longitud total de unos 2,8 metros. Entre el pico y el asta se hallaba una guarda circular de hierro. El arma no solo se usó en batallas, sino en torneos de combates a pie entre caballeros totalmente acorazados. Abajo vemos uno desde cerca.



A medida que transcurrían los años la pica se fue adaptando a las nuevas formas de combate del Renacimiento. Su longitud fue aumentado considerablemente llegando a tener comúnmente entre 4-6 metros. Asimismo el hierro se vio forzado a modificarse (al igual que el espontón) para penetrar más fácilmente a tropas con protecciones ligeras o sin armadura. Fueron famosos los piqueros suizos en el s.XV., así como lansquenetes que emplearon las mismas tácticas que los suizos. La pica alcanzó su apogeo militar y extremada especialización en los famosos Tercios españoles durante los ss. XVI-XVII. Al ser la pica un arma muy poco maniobrera (eficaz solo para picar) se dotó normalmente a los piqueros con una espada para el combate cercano al rival. Abajo piqueros lansquenetes en una refriega.



Las picas bien usadas en formación eran tremendamente eficaces a la defensiva contra la caballería, pues eran más largas que las lanzas y lanzones de armas de los caballeros. El caballero que se atraviera a atacar una formación de picas de frente ("picas ordinarias") se encontraba con cuatro filas de picas apuntándole al mismo tiempo. El punto débil de estas formaciones era la retaguardia. En cuanto a los flancos, se protegían usualmente con arcabuceros o llegado el caso con las llamadas "picas extraordinarias" (los piqueros del flanco hacían frente al enemigo). Todos estos movimientos requerían mucho entrenamiento y pericia para desarrollarlos rápidamente en mitad de una batalla. Abajo un caballero tras una carga contra una formación de piqueros.


Al ser más bien unidades lentas, eran vulnerables al fuego a distancia del enemigo. Por eso mismo cuando el peligro se intuía compartían la misma formación piqueros y arcabuceros, amparándose los unos con los otros. Las mejoras técnicas en el mosquete y la invención de la bayoneta calada (que convirtió a los mosqueteros en piqueros) demostraron ser decisivos para que las formaciones de picas perdieran su cometido original y fueran desapareciendo en el s.XVIII.


Es cierto que la sarissa griega se empleaba en formaciones como éstas  aunque con lógicas diferencias: las infantería ligera cubría los flancos en lugar de los arcabuceros y su principal enemigo fueron las tropas enemigas armadas con arcos y jáculos en lugar de los artilleros renacentistas. Por otro lado el hierro de la sarissa era muy parecido al de las picas más modernas pues estaban designadas para penetrar armaduras ligeras. Sin embargo en ningún momento la aparición de las largas pica se debió a una bucólica "vuelta al pasado" para imitar las victorias alejandrinas. Su natural evolución fue por razones puramente prácticas atendiendo a las necesidades militares del momento. Abajo falange macedónica armada con sarissa.


Abajo puede verse la enorme longitud que alcanzaron las picas en su desarrollo final en comparación con otras armas de poste. La primera por la izquierda es la versión final de la antigua awl pike o ahlspiess. Más abajo moharra de pica del s.XVII.



miércoles, 21 de diciembre de 2011

La ronca y la ronfea


La ronca es quizás el arma de poste que más confusión ha creado entre los investigadores desde siempre. A menudo ha sido confundida o tachada de similar a la corcesca o la partesana. Los autores extranjeros han ignorado o desconocido por completo que en España (sorpresa, sorpresa) e Italia llamaban ronca a un arma similar a la guisarma/hacha. Solamente desde un estudio riguroso de su historia y etimología iremos desentrañando sus misterios. Abajo bisarmas, conocidas más frecuentemente en España e Italia como roncas.



La raíz etimológica es reup- (arrebatar) en la que se incluye la forma nasal ru-m-p (latín rumpo, "romper"). Palabras castellanas como romper, rozar, rozón o robar pertenecen a esta raíz. A tenor de los hechos el arma tuvo dos modalidades diferentes: la ronca/rozón (latín rumpo) y la ronca/marina (germánico raubon). La ronca/rozón viene claramente del rozón (runco), especie de guadaña corta utilizada por los romanos y empleada ininterrumpidamente hasta nuestros días. Abajo runco romano. 



San Isidoro (s.VII) la define en sus Etimologías:

El hocino (“falcastrum”) se llama así por su semejanza con la hoz (“falcis”): es un instrumento curvo de metal con mango largo, empleado para cortar los zarzales espesos. Se denominan también rozones (“runcones”), porque con ellos se roza las zarzas: deriva de rozar (“runcare”).

El rozón, herramienta tan imprescindible, no falta en el DRAE actual:

Especie de guadaña tosca, corta, gruesa y ancha que, sujeta a un mango largo, sirve para rozar árgoma, zarzas, etc.

Abajo rozón moderno.



Aún hay más datos de un diccionario español-toscano del s.XVI

Ronca: Arma como alabarda.
Ronca: Marcola, guadaña.
Roncare: Rozar.
Ronchione: Podadera
Ronciglio: Garfio, garabato
Ronciglione: Hocino, calabozo


Vemos claramente que no vamos descaminados en la raíz etimológica con relación al garabato ("arrebatar") y al "rozón". También comprobamos que ronca es traducida al español como márcola, sin duda porque era vocablo mucho más común en España. La márcola fue empleada como arma en el s.XVI por los olivareros andaluces.

La márcola es según el DRAE:

Asta de unos dos metros y medio de largo, que lleva en la punta un hierro a manera de formón, con un gancho lateral en forma de hocino, y sirve en la Andalucía Baja para limpiar y desmarojar los olivos.

Abajo márcola.



Los ingleses llamaban a la márcola bill o bill-hook, era tanto una herramienta como un arma. Fue extremadamente común en los países con muchos olivos y se empleaba a menudo para multitud de tareas relacionadas con la agricultura, jardinería y bosques. Una variable del bill llamado bill-guisarme (la bisarma) añadía un picho en la punta del hierro. Los ligeros cambio morfológicos que se dan de unos países a otros con estas armas se deben a que las márcolas que empleaban los campesinos no eran exactamente iguales en todas partes ni en todos los cultivos. Abajo bill-hook.



Algunos cuchillos africanos tienen gran similitud con la márcola.



La ronca/marina (llamada antiguamente "lanza con garabatos") era un arma de poste que constaba de un largo hierro acabado en una especie de daga con dos garabatos curvados hacia abajo en la base de la moharra. Fue arma de parada y común para el combate en navíos (especialmente abordajes). Sus garabatos eran especialmente útiles para acercar el barco enemigo y abordarlo. Abajo ronca italiana del s.XVI.




Es seguro que algunas roncas/marinas cambiaron la daga que tenían en la punta por un punzón en el s.XIV para perforar las armaduras de placas. De ahí, que a menudo se ha confundido con la corcesca, y con razón, ya que son prácticamente idénticas. Muy probablemente llamasen corcesca o ronca al mismo arma en diferentes lugares. Sin embargo debemos tener presente que la corcesca procede del espontón, por lo que si no tiene un punzón en la punta debe ser calificada como ronca/marina, esta es la principal diferencia entre ambas armas. Abajo corcesca.



 A veces se ha confundido también la ronca/marina con la partesana. Algunas partesanas, no todas, poseen en la base del hierro garabatos curvados hacia abajo, lo que hace que sea difícil diferenciarlas con las roncas/marinas. Muy posiblemente algunas de estas partesanas tendrían su utilidad en los navíos. Abajo diferentes tipos de partesanas.



En realidad son tantos los parecidos entre la guisarma (ver entrada "la guisarma") y la ronca que me lleva a pensar que la guisarma es la versión celta de la ronca latina. Proceden ambas de un tipo concreto de guadaña corta que tenía distintos nombres pero que en la práctica eran idénticos. 

Otra arma que proviene del latín rumpo (como la ronca/rozón) es la rompheia tracia. No es de extrañar, pues este arma procede de la guadaña típica de este pueblo. Podemos afirmar sin género de dudas que la ronfea era la ronca tracia. Ya la usaban para combatir desde al menos el s.V a.C. Eran armas de poste que constaban de un astil de 50 cm. unido a una hoja ligeramente curvada de 60-80 cm. Se usaba a dos manos, producía contundentes cortes con la parte cóncava de la hoja, que ha menudo rompía los escudos enemigos. Abajo tracios atacando a los romanos (copyright Osprey publishing).  



Abajo ronfeas, nótese que algunas eran casi rectas.





En la Edad Media se tomó por espadas frecuentemente a la romphea y a la framea. La mayoría de los investigadores modernos lo niegan de forma tajante. Sin embargo, existieron ronfeas de mango corto del tamaño de una espada en la Edad Media. No sería la primera vez que armas de poste tuvieran versiones menores: recuérdese el glaive o la guisarma (hand axe) entre otros. Muchos "estudiosos" achacan a errores de los autores antiguos (como Isidoro) legos en la materia militar la confusión entre espadas y armas de poste. Pero por muy legos que fuesen, supongo yo que sabrían diferenciar un arma de poste de una espada contemporánea de la época que vivieron. Imaginaros a cualquier mayor de edad culto del s.XXI que no supiese diferenciar entre una escopeta y una pistola.


Abajo podemos ver una escena de la primera cruzada procedente de un manuscrito francés de hacia 1200. El caballero musulmán del centro blande con una mano una ronfea de mango corto, tal vez llamada faussar (documentada en textos medievales), obsérvese que el filo se halla en la parte cóncava de la hoja. ¡Quien tenga ojos que vea!




Tengamos en cuenta que los escribas antiguos pretendían hacerse entender con sus contemporáneos y no con lectores de futuros siglos. Si por ejemplo en la Navarra del s.IX eran comunes lorigones de escamas, para cualquier escritor decir "loriga" era suficiente para que los lugareños comprendiesen. Si en la Cataluña del siglo XIII "glavi" es un tipo de machete, el escriba da por hecho que los catalanes le entenderán sin necesidad de indicar que no es un arma de poste. Nunca deben subestimarse los textos antiguos con tanta alegría, especialmente cuando tenemos más conjeturas que certezas de una época tan lejana.


Armas de poste de hoja falcada con una longitud total cercana a los 2,5 metros se emplearon durante los siglos XIII-XV en Europa. Una de ellas fue el fauchard, que pertenece a la familia del faux (guadaña) y el faussar. El fauchard era una herramienta campesina, pero al igual que la romphea, era arma muy eficaz para el corte y obviamente de limitada utilidad como arma punzante. El ángulo de la hoja variaba mucho de unos países a otros.


Con el tiempo se especializó para el combate añadiéndosele algún pincho que otro, lo cual le permitió poder desmontar caballeros. Fue conocido con el nombre de fauchard-fork.


martes, 20 de diciembre de 2011

La guisarma


La guisarma es conocida hoy como un tipo de arma de poste medieval con un gancho característico. Trataremos de encontrar el origen y evolución de este arma en los textos antiguos. A día de hoy no hay ningún estudio a éste respecto. Sin conocer su desarrollo a lo largo de los siglos, este arma no deja de ser más que otra estereotipada imagen bonita, sin alma y carente de sentido. 

Guisarma proceden del francés guisarme.  La palabra fue muy rara en la mayor parte de España (salvo las zonas limítrofes con Francia como Navarra y Cataluña). La raíz etimológica parece ser ghend- (coger, agarrar), emparentado con el irlandés geind, el bretón genn, el islandés antiguo geta y el sueco gissa. El español "guizque" (palo con un gancho en una extremidad para alcanzar algo que está en alto) bien podría pertenecer a esta raíz etimológica. En cuanto a "-arma" o "-arme" es casi seguro que proceden de la raíz ar- (arma), pues arma en francés es "arme" (guis/arme) y en español es "arma" (guis/arma/bis/arma). Por lo que "guisarma" es "arma que agarra".  Bisarma no tiene nada que ver con "dos", sino que es abreviación del inglés bill-guisarme. Abajo guisarma primitiva.



Entre los antiguos celtas, y más concretamente entre los galos, existía un arma llamada gaesum. Se trataba de un pilo pesado con un asta de alrededor de 1,8 metros al que se le añadía un largo hierro. Su alcance al ser lanzado se encontraría entre los 20-30 metros, aunque también podía emplearse en combate cuerpo a cuerpo. No existe unanimidad sobre la morfología exacta de su hierro, habiendo diferentes opiniones entre los estudiosos. 

Leguina comenta sobre este arma:

El geso es dardo arrojadizo propio de celtas y galos, de los cuales lo adoptaron los romanos, a seguir la opinión de Yesto y Virgiliio, pero Ateneo afirma que lo tomaron de los íberos. Hevia afirma que era arma ofensiva de los primitivos españoles, en forma de lanza pequeña, con tres puntas, la de enmedio con dos filos, a manera de cuchilla, y las laterales vueltas a modo de ganchos.

Según los autores ordotoxos el arma dejó de emplearse en la Antiguedad y a otra cosa mariposa. Sin embargo en documentos franceses del s. XII aparece la gesa (a menudo llamada guisarme) y gisarme; Y en otros del s. XIII tenemos gaesa y gysarmes. Gysarm es definida como hand axe en un documento escocés medieval. La guisarma era arma peculiar de los arqueros en el s.XIV. En Francia se crearon compañías especiales, llamadas de guisarmeros, compuestas de soldados adiestrados en el manejo de este arma. La estructura aguda del hierro permitía desmontar caballeros o desjarretar sus caballos. Abajo guisarma mejorada con pincho lateral.



Ya aquí en España, 78 guisarmas en cinco cajas son mencionadas en el inventario de un castillo navarro en 1308. Alonso de Palencia comenta en 1490:

Gessa. es grand cuchillo & segund festo pompeyo dixeron gessum por tyro graue.
Gessa. assi como diximos es cuchillo grande no menos gessum es visarma quando en fin dela hasta esta el cuchillo.

El DRAE 1726 define la bisarma:

La alabarda, llamada así acaso por tener dos modos de herir, punzando y cortando. Es voz de poco uso.


La bisarma ya es nombrada en España en 1295. Abajo bisarma o bill-guisarme:



Es de notar que los textos antiguos lo asocian al cuchillo o al hacha/alabarda. Por las descripciones, el arma parece haber tenido dos versiones diferentes: una para combatir cuerpo a cuerpo (con forma de hacha; la llamaremos guisarma/hacha) y otra para el combate cuerpo a cuerpo y a distancia (forma de cuchillo; la llamaremos guisarma/cuchillo).

La guisarma/cuchillo tiene relación con el primitivo gaesum y con largos hierros de asta de época merovingia con punta en forma de daga y dos garabatos orientados hacia abajo en la base. Lanzas con garabatos son nombradas en las Partidas (s.XIII) como arma propia de los navíos. Los garabatos serían útiles para evitar la penetración del arma, en los abordajes a otros barcos e incluso para hacer caer a un peón enemigo o caballero al suelo. Abajo moharras merovingias.



La guisarma/hacha era un arma claramente ofensiva que con su gancho situado en la parte superior del hacha podía golpear con su cortante filo a un rival y que un poco de suerte engancharlo y hacerlo caer. Incluso tendría utilidad en los abordajes. Los modelos más tardíos incluían un pincho lateral y otro en la parte superior, probablemente para perforar armaduras de placas y mantener a distancia al enemigo. Abajo bisarmas muy evolucionadas.


Como última pincelada es de destacar la gran similitud etimológica y morfológica entre la guisarma y la ronca, pero eso es historia para otro día....

sábado, 17 de diciembre de 2011

El Kontos


Kontos es palabra griega que designa un asta larga común entre la caballería. Fue llamada por los latinos Contus y Kontarion por los bizantinos. Los turcos lo llamaban Rumh (asta romana) y los árabes Quntariya. La traducción al castellano sería "cuento". La raíz etimológica es desconocida, sin embargo el griego kontos significa "pértiga" (con la que el barquero impulsa la barca), remo y asta de caballería. En español significó "bastón" (en el s.XIII) y "vara de la lanza" en el s.XIV. Cuento y contera también vienen de Contus.

San Isidoro (s.VII) comenta en sus Etimologías algo sobre el Contus:

El "contus" carece de hierro, terminando simplemente en una contera. Se dice contus como si fuera "conitus" (cónico) pues el cono es redondo y acaba en punta.

Este dato es de especial interés, ya que lo describe sin hierro. Sería una especie de largo chuzo, el cual dicho sea de paso procede del andalusí zujj (cuento de la lanza o palo armado con un pincho). Abajo podemos ver el cuento del chuzo.



El arma fue común desde el s.III d.C. entre la caballería pesada romana, persa sasánida, parta tardía y bizantina: Eran los llamados catafractarios y clibanarios. Éstos lo emplearon a dos manos, adoptando una posición de carga con el arma a la derecha; ésta técnica ya fue empleada según algunos autores por la caballería pesada de Alejandro, armados con la larga sarissa (no solo la emplearon los peones). Era un arma perfectamente adaptada para ser usada a caballo sin estribos, pues para atacar el caballero solo necesitaba punzar, no requería una movilidad especial que le haría caer en una silla más bien inestable. Abajo catafractario manejando un Contus (copyright Osprey publishing)



La silla romana de cuatro pomos proporcionaba una sujeción aceptable para ésta técnica de combate, aunque el impacto directo de la lanza sobre el objetivo podía acabar descabalgando al jinete. Algunos autores han propuesto que, justo antes del impacto, el jinete soltaría el arma, con lo que evitaría las consecuencias mas lamentables de este tipo de choque. Durante la persecución de infantería derrotada, el jinete debía tener cuidado, en caso de ataque con arma de asta, de no quedar descabalgado por el retroceso al impactar ésta sobre el cuerpo de un enemigo (pues no contaba con la ayuda de estribos); la silla de montar romana proporcionaba, no obstante, cierta estabilidad a este tipo de ataques (siempre de persecución y aniquilación, no de choque frontal).



En este sentido, era mas fácil para la caballería el ataque con espada, cuyo impulso de arriba abajo tenía efectos devastadores sobre el cuerpo de la víctima. El contus también ofrecía un mayor radio de acción en caso de tener que recurrir al empleo cuerpo a cuerpo. La típica forma de usarse en la Edad media bajo el brazo y con la protección de un escudo en el otro brazo, no se conoció en la antigüedad. Los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre el asunto. Aunque parece que tiene algo que ver con el uso de los estribos. En la Edad media se hicieron populares dos tipos de monta: a la jineta con estribos cortos (caballería ligera) y la bridona (caballería pesada), basadas ambas en la altura de los estribos con respecto a la silla. Abajo silla jineta y más abajo silla bridona.





Los visigodos y los beréberes que llegaron a España en el siglo VIII, tampoco usaban estribos y cargaban del mismo modo que los romanos, usando estas astas. Entre los primeros islámicos la punta del asta de caballería era extraíble, de modo que si se clavaba en el enemigo se separaba del asta. Por ello dejaba temporalmente desarmado al caballero, pero éste tenía otra punta de recambio. Estas astas las emplearon antes de que se usaran estribos. Gracias a textos medievales hispanos sabemos que los caballeros andalusíes emplearon la Rumh entre los ss.VIII-XIII. En Al Andalus el estribo no se hizo frecuente hasta el s.X. Por otro lado, el contus es nombrado en documentos franceses del s.XII como arma habitual de la época.

El llamado por los griegos akontion se trataba de un asta breve que carecía de contera, en su lugar se hallaba un hierro. Era por ello asta empleada habitualmente para ser arrojada. Sabemos por Estrabón que los íberos y los lusitanos contaban con el akontion en su arsenal. Este tipo de armas tenían un alcance de hasta 60 metros, y fueron habituales en la franja mediterranea entre Hispania y Grecia en los ss. IV-I a.C.



lunes, 12 de diciembre de 2011

La lanza original

La palabra "lanza" es de etimología muy dudosa, procede del latín lancea. Según el OED (diccionario inglés de Oxford) es de origen íbero. El gramático latino, Aulo Gelio (Noctes Atticae XV, XXX), decía que Varrón daba como hispano el término "lanza". No sería de extrañar, pues la raíz etimológica no aparece por ningún lado. Es palabra celtohispana según indica Varrón (ll., XV,30,7), que ha dado nombre a poblaciones como Lancia (Flor., II, 33) en Mansilla de las Mulas (León) y a pueblos como los Lancienses astures (Plin., IV, 118) y los Lancienses Oppidani y Transcudani lusitanos (CIL, II, 760). 


A falta de un dato tan crucial tendremos que suplirlo con el castellano antiguo, que absorvió el término latino. Ya a mediados del s.XIII se conocía en España la palabra "lanzar", con el significado de "arrojar una lanza" o "arrojar con fuerza" a comienzos del s.XIV. También tenemos "lance" (acto de lanzar o proyectil de ballesta) desde al menos el s.XV. El término griego para lanza es longche, que era un jáculo ligero que se solía arrojar con amento. Es curioso que el soldado romano que según la leyenda atravesó a Jesús con su lanza se llamara Longinus, palabra derivada de longche.



Isidoro (s.VII) hace una breve definición de la lanza:

La lanza es un asta provista en su mitad con un amento. Y se la llama "lancea" de lanzamiento equilibrado ("aequa lance"), esto es "aequali amentum", vibración (arrojar con fuerza) ponderada. El amento es una correa que se adapta a la parte central del asta de los jáculos. Y se denomina amento porque atada enmedio del asta facilita su lanzamiento.

El amento aumentaba el alcance y la estabilidad del jáculo al ser arrojado, pero a costa de una menor velocidad de lanzamiento. Abajo peón griego con longche y amento.


Isidoro aporta de modo indirecto un dato interesante, el vocablo "lance" que significa en su opinión "lanzar". Lance no es término latino, él lo sabía bien porque lo tenía asimilado en su vocabulario con toda naturalidad. Parece estar describiendo las lanzas comunes de su época. Estas lanzas iban equipadas con amento y servían tanto para combatir como para ser arrojadas. Desde el s.II d.C., el pilum convive en los arsenales legionarios con la lancea, tal y como refleja Arriano. Gradualmente la lancea irá cobrando importancia en demérito del pilum. La lanza tenía mayor alcance (entre 40-50 m) al ser arrojada que el pilum y se adaptó mejor a las nuevas formas de combatir de las legiones bajoimperiales. Abajo lancea romana.



Según parece, fue entre los ss.XIII-XV cuando las lanzas se fueron alargando progresivamente. Las llamadas en España "lanzas largas" es poco probable que se arrojasen debido a su peso y a su uso exclusivo para combatir ante una caballería equipada con "lanzas de armas" (de caballería).

¿Por qué se siguieron llamado lanzas si muchas de ellas ya no se arrojaban? La única explicación plausible es que se trate de un caso típico de barbarismo. Posiblemente la lanza fue un arma tan eficaz y barata que el nombre "lanza" había calado hondo en el subconsciente colectivo. Muchos siglos después de su aparición, el populacho seguiría usando el mismo nombre añadiéndoles adjetivos: "de armas" "luenga" "de mano", etc. De vocablo específico se tornó en genérico.

Caso similar ocurrió con el escudo, arma defensiva hecha exclusivamente de madera y que los antiguos sabían diferenciar bien de otras: peltas, parmas, adargas, tarjas, etc. Fue de nuevo en la Baja Edad Media cuando el término "escudo" se generalizó para cualquier tipo de arma defensiva de este tipo con independencia del material con se fabricara.

Sabemos que en época prerromana se emplearon en la Península Ibérica casi todo tipo de astas (salvo el kontos y la sarissa) para el combate y la caza. Está documentado que los celtíberos emplearon cortos jáculos que arrojaban con un amento colocado en el medio del asta. De ser término hispano, posiblemente los romanos lo tomaran prestado de un arma indígena que aportaba la novedad de ser eficaz cuerpo a cuerpo y a distancia. Las legiones estaban acostumbradas al pilum, por lo que su adaptación debió ser rápida.



"Lanza" es etimológicamente un asta cuyo centro de gravedad se halla en el medio, lo cual permite que esté equilibrada para ser arrojada. Si no se cumplen estos requisitos no podemos calificarla de "lanza" en sí misma.

viernes, 9 de diciembre de 2011

El espontón

Básicamente un espontón es un asta unida a una especie de largo punzón metálico. Entre el metal y la madera se halla un garabato con la parte convexa en la base y afilado en su parte cóncava. Su origen parece ser la Italia del s.XIII. La aparición de este arma coincide con el uso de las primeras platas metálicas en las armaduras de los guerreros: la llamada malla-plata. Abajo espontones.



El cometido del garabato era principalmente proteger la mano del usuario, evitar que el arma se clavase más de la cuenta y cortar (principalmente la pierna y garganta del rival). En ocasiones debió ser práctico para desarmar al rival empleando una buena técnica y aplicando la fuerza de las dos manos en el momento preciso. Armas como la daga de mano izquierda, el sai o el jitte japonés (todas ellas normalmente con hojas de filo romo) podían realizar la misma función de desarme con sus gavilanes. Abajo sai.



Procede del italiano spuntone. Su raíz etimológica es peug- (punzar, golpear), comparte etimología con palabras como "punta", "pinchar", "punzar", "puño", "puñal", "empuñadura", "empuñar". Por otro lado el prefijo (es) parece tener relación con la raíz spei- (puntiagudo), en la que se incluyen vocablos como "espetón", "espina", el sánscrito "sphya" (bastón) o el germánico "speer" (inglés "spear"; así llaman ellos a la lanza).

Durante el s.XIV aparecieron los estoques de filo romo y las espadas de arzón con aguzada punta. Su objeto era también penetrar con eficacia las cada vez más comunes armaduras de platas. Abajo estoque y espada de arzón del s.XIV.


La similitud de la moharra de estas armas con la del espontón favoreció que en este mismo siglo algunas de estas espadas se les pudiera desmontar el pomo por medio de una arandela y enroscarle en su lugar un asta. Una espada como ésta poseía el rey castellano Pedro I a mediados del s.XIV, estas espadas eran cortas para favorecer su uso como espontón llegado el caso. Abajo detalle del garabato de un espontón, similar a la espada del rey Pedro.



Algunos mandobles estaban equipados con garabatos por encima de los gavilanes, entre el gavilán y el garabato existía un filo romo (llamado "ricasso") que permitía colocar en él la mano. En los tratados de esgrima antiguos se muestran algunos movimientos que permitían utilizar el mandoble como una lanza corta, presumiblemente para alancear y abatir a un rival a corta distancia. Cuando se usaba esta técnica, la mano izquierda se colocaba en el "ricasso" y la derecha en la empuñadura. Esto convertía este tipo de mandobles en armas muy versátiles tanto para el corte como para punzar. Movimientos parecidos debieron hacerse con las primeras espadas-espontones del s.XIV. Cabe destacar que las primeras espadas de dos manos aparecen en el s.XIV.



El caso del espontón es el típico ejemplo de paso de un arma de mano a otra de poste. Casos similares ocurrieron con la alabarda (asta con hacha "barbada"), la ronca (rozón o guadaña corta en un asta), el chuzo (pincho o contera en el extemo de un asta), el cuchillo y la daga (con diversos tipos de lanzas) y así un largo etcétera. Este proceso no era nuevo en absoluto, pues desde la más remota prehistoria, que fue cuando aparecieron las primeras lanzas, alguien se dio cuenta que colocando un cuchillo en el extremo de un asta podía herir al rival a distancia sin necesidad de acercarse demasiado a él.

Arma derivada del espontón fue la corcesca, bastante común entre los italianos y corsos (de ahí su nombre). La corcesca debió ser arma frecuente en los barcos, pues su garabato curvado hacia abajo favorecía el acercamiento de naves enemigas en los abordajes. Al ser Córcega una isla, el medio marino fue familiar para sus habitantes y tropas. Originaria de Italia también fue la partesana, ya conocida allí en el s.XIV, usada por los partisanos y cuya moharra era más ancha que la del espontón. De nuevo de origen italiano fue el "brandistocco" (hoja de estoque), espontón con hoja (como indica su nombre) de estoque, los diccionarios antiguos lo equiparan con la pica. El hecho de que estas armas  apareciesen en Italia entre los ss XIII-XIV no fue casual, era allí un periodo de intensa actividad bélica, tras comprobarse la eficacia del primer espontón fueron surgiendo diferentes variables del arma. Desde Italia se extendieron todas ellas al resto de Europa, siendo obviamente Francia y España uno de los primeros países que las adoptaron. Abajo corcescas.


El espontón cruzó el umbral de la Edad Media y el Renacimiento, y llegó a emplearse hasta el siglo XVIII en los ejércitos europeos. La morfología de su moharra fue variando gradualmente a medida que iban cambiando los modos y maneras de combatir del momento. Gracias a los ejemplares renacentistas del espontón sabemos algunos detalles: tenían una longitud total entre 1,8-2,4 m. La hoja medía entre 30-35 cm. Algunos espontones eran plegables, es de suponer que para adaptarles astas de longitudes diferentes. Abajo vemos uno italiano de mediados del s.XVI.


Un diccionario toscano-español del siglo XVI traduce spontone o spuntone por lanzón (lanza corta y ancha). En 1690 los oficiales españoles sustituyeron la lanza gineta por el espontón y lo conservaron hasta la ordenanza de 1768. Todo ello induce a pensar que la palabra en sí no se introdujo en España hasta finales del XVII.

En el DRAE 1732 se dice del espontón:

Arma que usan los capitanes de infantería, en lugar de lanza, cuando se ponen a la frente de sus compañías: y es un palo delgado de más de dos varas (más de 167 cm.), en cuyo remate está fijado un hierro a manera de lancilla. Es voz moderna y tomada del francés.

 Por último indicar el parecido innegable entre el venablo usado cuerpo a cuerpo en las monterías y el espontón más moderno. Es tentador pensar que aquel deriva de éste. Sin embargo, como hemos visto, la función original del espontón era perforar las armaduras de placas y no la piel de las fieras. Uno se usaba en las monterías y el otro en las batallas. No consta que se empleasen espontones en cacerías, y menos aún cuando el venablo estaba ya pasado de moda en las monterías desde el s.XVI. Los espontones más modernos contaban con una cruceta (en lugar de garabato) y hoja lanceolada de doble filo. Incluso así su función principal siguió siendo la misma que en sus orígenes: punzar al enemigo. Abajo espontón s.XVIII.