jueves, 16 de febrero de 2012

La ballesta IV (s.XV)


El siglo XV no fue pródigo en mejoras técnicas de la ballesta, se alcanzó el cénit. En contra de lo que se suele creer habitualmente, las vergas y los mecanismos del pasado se siguieron usando junto a los últimos adelantos, los textos así lo ratifican. En ocasiones era más práctico ante enemigos poco acorazados una mayor velocidad de disparo. La riqueza estratégica que aportó la ballesta fue enorme, pues había vergas y mecanismos de todo tipo para cualquier circunstancia. A pesar de ser un arma de dudosa reputación, podemos afirmar que tanto para los asedios como para las batallas campales, fue el arma medieval más flexible y completa junto a la lanza.




Se llamaba ballestera (arbalestena en Francia) a las aspilleras de los castillos preparadas para las ballestas. Hay que ser muy escéptico con los datos existentes por ahí sobre el alcance efectivo de las ballestas, pues depende de muchísimos factores: tipo de verga, mecanismo de carga, saeta a emplear, ángulo, velocidad del viento, etc. Abajo distintos tipos de gafas.



Procedente de un inventario español de un castillo (mediados s.XV) tenemos:



8 Ballestas fuertes de garrocha y torno, tres de palo y cinco de acero.

3 Ballestas de acero de polea, todas estas ballestas fuertes con sus garruchas e tornos y poleas.

6 Ballestas de acero de pie con su poleas, y otras seis poleas demasiadas (grandes), una garrucha (garrucha es polea) de armar.

Ballesta fuerte de hueso

Ballesta de palo fuerte

Dos tornos de madera para las ballestas fuertes.

Un arca con 15 docenas de pasadores vizcaínos.

4 buclos de buetre (buitre) para emplumar pasadores. Es de notar que los antiguos griegos también emplumaban saetas con plumas de buitre.




1487: Ballestero de a caballo con su ballesta con cuerda y con avancuerda.



En 1488 hay ballesteros con sus aparejos, espada y puñal.



En 1490 hay ballesteros armados con: Ballesta, gafas, aljabas o carcajes y saetas.



En 1495 hay ballesta con dos docenas de pasadores o dos docenas de cuadrillos.



A finales del siglo XV: ballesta de acero de tres libras con una carcajada de pasadores y casquete.



En los navios de fines del siglo XV: sesenta ballestas con buenos tiros y bien aderezadas.



Las "ballestas fuertes" se refieren seguramente a la solidez de la verga. Ballesta de palo es sinónimo a las de madera. Las ballestas de cuerno no son nombradas pues ya eran obsoletas a comienzos del XV, en cambio las de hueso siguieron en uso. Hay una mención a finales de siglo sobre una "ballesta de plancha" (con el sentido de palanca) que tal vez se trate de algún tipo de gafa.




A finales de siglo las armas de fuego (espingardas, culebrinas de mano, cañones, etc.) comenzaron a ganar protagonismo frente a la ballesta. 




Fue el principio del fin de la ballesta en la guerra, aunque como arma de caza perviviría unos pocos siglos más. La dedicada exclusivamente para fines bélicos se denominaba "ballesta de guerra". Para la caza se emplearon normalmente pequeñas ballestas de verga metálica con cranequín.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente artículo!